Puede sonar muy trillado hablar de Amor, pero no importa cuánto escuchemos o hablemos de él, siempre terminamos entendiendo poco o nada, terminamos confundimos o preguntándonos qué fue lo que paso.
Todos, sin excepción, buscamos la felicidad, a veces creemos que la vamos a encontramos en los brazos de alguien más. De una persona ajena a nosotros. A veces nos envolvemos en relaciones emocionales que nos hieren, que nos confunden. Pero de esas relaciones nos volvemos más fuertes, de esas relaciones aprendemos de nosotros mismos y nos hacemos las personas que somos ahora. Es muy fácil rendirse y creer que el amor no existe, volverse aquello que no nos gusta o que nos dañó en el pasado. Es muy fácil salirse del camino porque no requiere esfuerzo alguno.
No digo que nunca nos van a lastimar, no digo que no te va a dar miedo, tampoco digo que será fácil. Pero es eso lo que te hace fuerte, es lo que te hace una mejor persona. Tal vez en este momento sea doloroso pero lo llegarás a entender un día.
La cuestión del Amor es, ¿por qué nos sentimos tan vulnerables ante él? La respuesta es fácil, porque no estamos preparados para amar. Yo sé que suena a algo que mi padre me diría, y me lo dijo cuando tenía 15 años y creía que estaba muy chica para enamorarme. Uno no decide cuándo y de quién enamorarse, simplemente pasa. Pero cómo nos manejamos ante este sentimiento sí es algo que podemos decidir. Para poder amar a alguien plenamente debemos amarnos a nosotros mismos primero, o el sentimiento pasará de largo por nosotros atropellándonos a su paso; nos sentiremos mal, caeremos en desesperación y sufriremos.
Para poder disfrutar este sentimiento tan hermoso primero debemos encontrarnos a nosotros mismos, entrar en balance y amarnos incondicionalmente. Con TODOS nuestros detalles. Debemos saber Lo Que Valemos y Aceptarlo. No somos perfectos pero eso no es un obstáculo para encontrar la felicidad, eso no quiere decir que no vamos a encontrar a quién nuestros detallitos le parezcan simpáticos o no tan desesperantes.
Tampoco significa que vamos a arrojarnos a los brazos de la primera persona que pase enfrente y “le guste lo que ve” en nosotros. ¿Saben qué tan riesgoso es eso? No podremos enseñarle a amarnos como merecemos porque nosotros mismos no lo sabremos hacer. No nos respetará por lo que somos, o al menos por lo que no somos porque nosotros no nos estamos respetando lo suficiente como para no arrojarnos a cualquiera. No debemos depender de otros para ser felices porque entonces realmente nunca lo seremos. El Amor empieza de nosotros mismos hacia afuera. Esto tampoco justifica irse al extremo e inflar el Ego.
Debemos amarnos, respetarnos y entender que no somos perfectos pero tampoco somos emocionalmente inválidos para conseguir la felicidad.
Todos, sin excepción, buscamos la felicidad, a veces creemos que la vamos a encontramos en los brazos de alguien más. De una persona ajena a nosotros. A veces nos envolvemos en relaciones emocionales que nos hieren, que nos confunden. Pero de esas relaciones nos volvemos más fuertes, de esas relaciones aprendemos de nosotros mismos y nos hacemos las personas que somos ahora. Es muy fácil rendirse y creer que el amor no existe, volverse aquello que no nos gusta o que nos dañó en el pasado. Es muy fácil salirse del camino porque no requiere esfuerzo alguno.
No digo que nunca nos van a lastimar, no digo que no te va a dar miedo, tampoco digo que será fácil. Pero es eso lo que te hace fuerte, es lo que te hace una mejor persona. Tal vez en este momento sea doloroso pero lo llegarás a entender un día.
La cuestión del Amor es, ¿por qué nos sentimos tan vulnerables ante él? La respuesta es fácil, porque no estamos preparados para amar. Yo sé que suena a algo que mi padre me diría, y me lo dijo cuando tenía 15 años y creía que estaba muy chica para enamorarme. Uno no decide cuándo y de quién enamorarse, simplemente pasa. Pero cómo nos manejamos ante este sentimiento sí es algo que podemos decidir. Para poder amar a alguien plenamente debemos amarnos a nosotros mismos primero, o el sentimiento pasará de largo por nosotros atropellándonos a su paso; nos sentiremos mal, caeremos en desesperación y sufriremos.
Para poder disfrutar este sentimiento tan hermoso primero debemos encontrarnos a nosotros mismos, entrar en balance y amarnos incondicionalmente. Con TODOS nuestros detalles. Debemos saber Lo Que Valemos y Aceptarlo. No somos perfectos pero eso no es un obstáculo para encontrar la felicidad, eso no quiere decir que no vamos a encontrar a quién nuestros detallitos le parezcan simpáticos o no tan desesperantes.
Tampoco significa que vamos a arrojarnos a los brazos de la primera persona que pase enfrente y “le guste lo que ve” en nosotros. ¿Saben qué tan riesgoso es eso? No podremos enseñarle a amarnos como merecemos porque nosotros mismos no lo sabremos hacer. No nos respetará por lo que somos, o al menos por lo que no somos porque nosotros no nos estamos respetando lo suficiente como para no arrojarnos a cualquiera. No debemos depender de otros para ser felices porque entonces realmente nunca lo seremos. El Amor empieza de nosotros mismos hacia afuera. Esto tampoco justifica irse al extremo e inflar el Ego.
Debemos amarnos, respetarnos y entender que no somos perfectos pero tampoco somos emocionalmente inválidos para conseguir la felicidad.
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